Frágil. Así te siento cuando te veo sobre nuestra cama.
Inmaculado, como la nieve intacta sobre la cima de una montaña.
Angelical. Tierno. Pequeño. Sensible. Tranquilo. Intocable.
Pero, sobretodo, frágil.
Y no puedo evitar sentir la necesidad de protegerte con mis brazos,
con mi cuerpo, mi alma, mi corazón..
Porque siento que si algo te ocurriese,
tu dolor sería mi dolor,
tu sufrimiento mi sufrimiento,
y tu tristeza, mi tristeza...
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