Cumbres Borrascosas

Él es el gran pensamiento de mi vida.
Si todo lo demás pereciera y él se salvara, yo seguiría existiendo;
y si todo lo demás viviera y él se aniquilara,
el universo sería para mí un mundo extraño;
yo no me sentiría parte de él.
Él está siempre, siempre, en mi pensamiento, no como cosa agradable, de igual manera que yo no soy siempre agradable para mí misma, sino como mi propio ser.

martes, 12 de abril de 2011


Mujer: Quizás es que no me quieres…

Hombre: Te quiero

M: ¿Cómo lo sabes?

H: No lo sé. Lo noto. Lo siento.

M: ¿Cómo puedes estar tan seguro de que lo que notas es que me quieres y no otra cosa?

H: Te quiero porque eres diferente a todas las mujeres que he conocido. Te quiero como no he querido nunca a nadie y como jamás podré querer. Te quiero más que a mí mismo. Por ti daría la vida. Me dejaría arrancar la piel a tiras. Dejaría que jugaras con mis ojos como si fuesen canicas. Que me lanzasen en un mar de sulfuman. Te quiero. Amo cada pliegue de tu cuerpo. Soy feliz con solo mirarte a los ojos.

M: ¿Lo dices de verdad? Si supiese que me quieres de verdad… Que puedo creerte… que no te engañas a ti mismo ni a mí... ¿De verdad me quieres?

H: Sí, te quiero como a nadie he querido. Te querría aunque me rechazaras, aunque no quisieras verme. Te querría en silencio, a escondidas. Esperaría a que salieses del trabajo sólo para verte de lejos… ¿Cómo puedes dudarlo?

M: ¿Cómo no voy a dudarlo? ¿Qué prueba real tengo de que me quieres? Tú dices que me quieres, pero eso solo son palabras. Yo sé que te quiero mucho. ¿Pero cómo tener la certeza de que tú me quieres a mi?

H: Mirándome a los ojos. ¿No eres capaz de adivinar que te quiero de verdad? Mírame a los ojos. ¿Crees que te engañarían? (silencio) Me decepcionas.

M: ¿Te decepciono? Poco me quieres si tan poca cosa hace que te decepciones… ¿Y todavía me preguntas que por qué dudo de tu amor?

H: Te quiero, ¿me has oído bien? TE QUI-E-RO.

M: Ayyy! “Te quiero”, “te quiero”... ¡Es muy fácil decir “te quiero”!

H: ¿Qué quieres que haga? ¿Me mato para demostrártelo?

M: No seas melodramático. No me gusta nada ese tono. Enseguida pierdes la paciencia. Si me quisieras de verdad no la perderías tan fácilmente…

H: No he perdido nada… Sólo quiero hacerte una pregunta, ¿qué te demostraría que te quiero?

M: Eso no tengo que decirlo yo. Las cosas no son tan fáciles como parecen... (silencio) Quizás debería creerte…

H: Claro que debes creerme.

M: Pero, ¿por qué? ¿Qué me asegura que no me engañas? Incluso puedes creer que me quieres y por eso lo dices, pero, en el fondo, sin tu saberlo, no me quieres de verdad. Puede que te equivoques. No creo que lo hagas con mala fe. Cuando dices que me quieres es porque me quieres, pero ¿y si te equivocas? ¿Y si lo que sientes por mí no es amor, sino afecto o algo parecido? ¿Cómo sabes que es amor de verdad?

H: Me estás agobiando…

M: ¡Ay perdona!

H: Yo solo sé que te quiero y me desconciertas con preguntas.

M: Quizás es que no me quieres…

El perquè de tot plegat, Quim Monzó.

2 comentarios:

  1. Me alegra que leas a lo grandes escritores, y el Quim lo es, aunque no sea en su lengua original. Esta es la obra que le dio a conocer por su versión en castellano, un conjunto de cuentos que Ventura Pons llevó al cine, y que luego continuaría con "Mil cretins", otro libro de cuentos del Quim llevado al cine también por el Ventura.
    ¡Buenas lecturas!

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  2. Sus historias rompen con la "normalidad" o, mejor aún, la reflejan con exagerada certeza, por eso me gustan.
    Y gracias una vez más por pasarte por el blog. Necesita algo más de vidilla, lo reconozco, haha.

    Un saludo, Nicolás!!

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