Cumbres Borrascosas

Él es el gran pensamiento de mi vida.
Si todo lo demás pereciera y él se salvara, yo seguiría existiendo;
y si todo lo demás viviera y él se aniquilara,
el universo sería para mí un mundo extraño;
yo no me sentiría parte de él.
Él está siempre, siempre, en mi pensamiento, no como cosa agradable, de igual manera que yo no soy siempre agradable para mí misma, sino como mi propio ser.

sábado, 30 de abril de 2011


Yo soy del Barça, soy culé y me alegro de que el miércoles ganase el FC. Barcelona a tope.

Sin embargo en España hay actualmente unos 4 millones y medio de parados, y suma y sigue.
La educación está por los suelos, la gente no llega a fin de mes, la clase media-baja cada vez más afectada por el auge del capitalismo, nos engañan como quieren y lo único que somos al fin y al cabo en este mundo, son marionetas de los que mandan.

A pesar de estas circunstancias, a la gente lo único que le importa y le preocupa, por lo que discuten, por lo que se pelean, es si realmente fue roja y justa la expulsión de Pépe (Jugador del R. Madrid).
Hoy, y durante más de una semana, este es y será el tema de discusión que verdaderamente le importa a la gente.
Cantidad de medios de comunicación sobre todo escrita volcados totalmente con ese tema.
El fútbol está llegando a límites perjudiciales, donde prevalece la política basura y las polémicas, al espectáculo y la diversión que ofrece un deporte como cualquier otro.

Hay que ser realistas y situar cada tema en su lugar y donde le corresponde porque cada día me encuentro a más de estos:
''No llego a fin de mes, y mi trabajo cada vez es menos estable, no se como me voy a mantener, pero me da igual porque mi equipo X ha ganado el campeonato X y eso es lo que importa y sí, puedo permitirme el lujo de gastarme 80 euros en la entrada de tal competición, porque me gusta vivir por encima de mis posibilidades''

Todo es mero espectáculo, el fanatismo no nos da de comer, y mucho menos nos va a solucionar los problemas, ni se preocupa por nosotros.
El simpatizar con un equipo ya no se lleva, hoy en día lo que se lleva es discutir ignorantemente hasta llegar a fanatismos innecesarios.

Si la cantidad de inútiles que nos rodean se preocupasen de lo que verdaderamente afecta a nuestra calidad de vida, de solucionar los problemas o preocuparse de su bienestar, nos iría de otra manera.

PABLO RUIZ GARCÍA


Me gusta la foto,
la fotógrafa,
el patio donde está la rosa
y la dueña del patio... esa, ¡la que más!

Álvaro Ruiz.

martes, 12 de abril de 2011


Mujer: Quizás es que no me quieres…

Hombre: Te quiero

M: ¿Cómo lo sabes?

H: No lo sé. Lo noto. Lo siento.

M: ¿Cómo puedes estar tan seguro de que lo que notas es que me quieres y no otra cosa?

H: Te quiero porque eres diferente a todas las mujeres que he conocido. Te quiero como no he querido nunca a nadie y como jamás podré querer. Te quiero más que a mí mismo. Por ti daría la vida. Me dejaría arrancar la piel a tiras. Dejaría que jugaras con mis ojos como si fuesen canicas. Que me lanzasen en un mar de sulfuman. Te quiero. Amo cada pliegue de tu cuerpo. Soy feliz con solo mirarte a los ojos.

M: ¿Lo dices de verdad? Si supiese que me quieres de verdad… Que puedo creerte… que no te engañas a ti mismo ni a mí... ¿De verdad me quieres?

H: Sí, te quiero como a nadie he querido. Te querría aunque me rechazaras, aunque no quisieras verme. Te querría en silencio, a escondidas. Esperaría a que salieses del trabajo sólo para verte de lejos… ¿Cómo puedes dudarlo?

M: ¿Cómo no voy a dudarlo? ¿Qué prueba real tengo de que me quieres? Tú dices que me quieres, pero eso solo son palabras. Yo sé que te quiero mucho. ¿Pero cómo tener la certeza de que tú me quieres a mi?

H: Mirándome a los ojos. ¿No eres capaz de adivinar que te quiero de verdad? Mírame a los ojos. ¿Crees que te engañarían? (silencio) Me decepcionas.

M: ¿Te decepciono? Poco me quieres si tan poca cosa hace que te decepciones… ¿Y todavía me preguntas que por qué dudo de tu amor?

H: Te quiero, ¿me has oído bien? TE QUI-E-RO.

M: Ayyy! “Te quiero”, “te quiero”... ¡Es muy fácil decir “te quiero”!

H: ¿Qué quieres que haga? ¿Me mato para demostrártelo?

M: No seas melodramático. No me gusta nada ese tono. Enseguida pierdes la paciencia. Si me quisieras de verdad no la perderías tan fácilmente…

H: No he perdido nada… Sólo quiero hacerte una pregunta, ¿qué te demostraría que te quiero?

M: Eso no tengo que decirlo yo. Las cosas no son tan fáciles como parecen... (silencio) Quizás debería creerte…

H: Claro que debes creerme.

M: Pero, ¿por qué? ¿Qué me asegura que no me engañas? Incluso puedes creer que me quieres y por eso lo dices, pero, en el fondo, sin tu saberlo, no me quieres de verdad. Puede que te equivoques. No creo que lo hagas con mala fe. Cuando dices que me quieres es porque me quieres, pero ¿y si te equivocas? ¿Y si lo que sientes por mí no es amor, sino afecto o algo parecido? ¿Cómo sabes que es amor de verdad?

H: Me estás agobiando…

M: ¡Ay perdona!

H: Yo solo sé que te quiero y me desconciertas con preguntas.

M: Quizás es que no me quieres…

El perquè de tot plegat, Quim Monzó.