Cumbres Borrascosas
Él es el gran pensamiento de mi vida.
Si todo lo demás pereciera y él se salvara, yo seguiría existiendo;
y si todo lo demás viviera y él se aniquilara,
el universo sería para mí un mundo extraño;
yo no me sentiría parte de él.
Él está siempre, siempre, en mi pensamiento, no como cosa agradable, de igual manera que yo no soy siempre agradable para mí misma, sino como mi propio ser.

No voy a decir que no puedo vivir sin ti,
porque puedo vivir sin ti. . . pero no quiero.

Para siempre, ¿recuerdas?

Para ser feliz unas cuantas mentiras es un precio barato.
Juegos de la edad tardía, Luis Landero.